¿Por qué los animales tienen expectativas de vida tan diferentes?

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¿Por qué los animales tienen expectativas de vida tan diferentes?

Para el microscópico gusano de laboratorio, C. Elegans la vida solo consta de pocas semanas en la Tierra. Compara esto con la vida de una tortuga que puede llegar a tener más de 100 años. Los ratones y las ratas cierran su ciclo  de vida después de solo cuatro años mientras que para la ballena boreal, el mamífero terrestre más longevo, la muerte llega después de 200 años. Como la mayoría de los seres vivos, los animales se deterioran gradualmente una vez alcanzada la madurez sexual en un proceso llamado envejecimiento. Pero ¿qué significa envejecer realmente?

Los mecanismos detrás de este proceso son variados y complicados, pero en última instancia, las causas son la muerte celular y la disfunción. Cuando somos jóvenes, regeneramos células constantemente reemplazando las células muertas o las que están muriendo. Pero a medida que envejecemos, este proceso se ralentiza. Además, las células más viejas no operan tan bien como las más jóvenes. Eso hace que nuestros cuerpos entren en declive, lo que finalmente trae enfermedades y la muerte.

Pero si eso es sistemáticamente cierto, ¿por qué la enorme variación en los patrones de envejecimiento y expectativas de vida en el reino animal? La respuesta se debe a varios factores que incluyen el medio ambiente y el tamaño corporal. Estos pueden crear inmensas presiones evolutivas en la adaptación animal, que a su vez generan diferentes procesos de envejecimiento en cada especie.

Tomemos las profundidades heladas de los océanos Atlántico y Ártico, donde los tiburones de Groenlandia pueden vivir hasta más de 400 años, y la almeja de Islandia conocida como quahog puede vivir hasta 500 años. Tal vez el más impresionante entre estos habitantes oceánicos ancestrales es la esponja vítrea antártica que puede sobrevivir más de 10 000 años en aguas gélidas. En tales ambientes fríos, los latidos y los niveles metabólicos disminuyen. Los investigadores teorizan que esto también causa una ralentización del envejecimiento. De esta manera, el entorno influye en la longevidad.

Cuando se trata de tamaño, se da el caso de que a menudo, pero no siempre, las especies más grandes tienen mayor expectativa de vida que las demás. Por ejemplo, un elefante o una ballena vivirá mucho más tiempo que un ratón, rata terrestre o acuatica, que a su vez viven más años que las moscas y gusanos. Algunos animales pequeños, como los gusanos y las moscas, están limitados también por la mecánica de su división celular cuyas células no se dividen o se reemplazan cuando están dañadas, de modo que sus cuerpos caducan más rápidamente.

Y el tamaño es un mecanismo evolutivo poderoso en los animales. Las criaturas más pequeñas son más vulnerables a los depredadores. Un ratón, por ejemplo, difícilmente sobrevivirá más de 1 año en la naturaleza. Por lo tanto, ha evolucionado para crecer y reproducir más rápidamente, como un mecanismo de defensa evolutiva contra su corta expectativa de vida.

Por otro lado, los animales más grandes se enfrentan mejor a los depredadores, por lo tanto tienen la ventaja del tiempo para alcanzar tamaños más grandes y reproducirse varias veces durante sus vidas. Las excepciones a la regla  de tamaño incluyen murciélagos, pájaros, topos y tortugas, pero en cada caso, estos animales tienen otras adaptaciones que les permiten escapar de los depredadores.

Pero también hay casos en los que animales con características similares como el tamaño y el hábitat, envejecen a ritmos completamente diferentes. En estos casos, diferencias genéticas cómo el tipo de respuesta a amenazas de cada organismo a menudo explica dichas discrepancias en la longevidad. Así que es la combinación de todos estos factores que actúan de maneras diferentes en diferentes animales lo que explica la variabilidad que vemos en el reino animal.

¿Y en nuestro caso? Los seres humanos actualmente tienen una expectativa media de vida de 71 años, Lo que significa que no somos ni de cerca los habitantes más longevos de la Tierra. Pero somos muy buenos en aumentar nuestra esperanza de vida. A principios del siglo XX, vivíamos en promedio solo 50 años. Desde entonces, hemos aprendido a adaptarnos controlando muchos de los factores que causan la muerte, como la exposición  ambiental y la nutrición. Esto y otros aumentos en la esperanza de vida demuestran que probablemente somos la única especie terrestre capaz de tener el control sobre nuestro destino natural.

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